Las cosas no le están saliendo nada bien a la polémica Amy Winehouse. Después de tirar por la borda su promisoria carrera musical gracias a las drogas, protagonizar ruidosos escándalos, cancelar conciertos y ser el blanco de bromas y parodias -especialmente aquella imitación en el video de Eminem-, la cantante inglesa se tomó un tiempo para recuperarse y regresar con buen pie a los escenarios.
Y en ese lapso estaba preparando un nuevo disco, con composiciones propias inspiradas por los calores de la isla caribeña de Santa Lucía. Así, la londinense no tuvo mejor idea que escribir sus temas en Kweyol, un idioma del oriente caribeño, y llevarlas directamente a los estudios de grabación.
Todo estaba bien hasta que los productores de la disquera le dieron un rotundo y unánime "no" a su nueva propuesta. Primero, porque la lengua mencionada la conoce un grupo reducido de personas y, según los productores, no sería rentable; y segundo, porque la disquera ya había planeado que Winehouse grabara rap para su segundo trabajo. En pocas palabras, le han cortado las alas, aunque queda la posibilidad de que ella traduzca sus canciones escritas al inglés y así cambiarle los arreglos. ¿Saldrá un disco inolvidable como Back to Black?
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